Cuando en la familia se da la situación de enfermedad en alguno de los miembros de forma degenerativa y de incapacidad, el cuido lo asume ya sea el cónyuge o familiar cercano. Dicha situación cambia por completo el estilo de vida en esa persona cuidadora y llegará el momento en que se recargue de gran manera su responsabilidad ya sea en unas pocas personas e incluso en un solo cuidador.

Síndrome del cuidador quemado

Desde el momento que el cuidador asume este rol como tal, cambiará sus estilos de vida y rutina por esta metido en esa responsabilidad. Hay momentos en los que la persona enferma crea un vínculo de apego con el cuidador y este asume su rol en los cuidados diarios, lo que ocasiona una disminución de energía y agotamiento conforme pasa el tiempo, el cual se manifiesta a nivel físico y emocional, que es lo que se conoce como “síndrome del cuidador quemado”.

Una nueva realidad

Cuando el cuidador pone en perspectiva su nueva realidad, se da una serie de síntomas que afectan sus relaciones familiares y sociales, como ejemplo apatía, irritabilidad, ansiedad, estados depresivos, dolores musculares, dolores de cabeza, alteraciones en el sueño, trastornos en la alimentación, fatiga y otros. Todo esto abonado a una serie de sentimientos de culpabilidad y frustración que los relega a llevar su autocuidado a un último plano.

Consejos para el cuidador

• Conozca la enfermedad de la persona a laque cuida y su evolución.
• Delegar responsabilidades, se puede reunir a los miembros involucrados en esa red de cuido y hacer una distribución de tareas ya sea en la parte económica o en los tiempos de atención para contribuir al descanso del cuidador principal.
• Realizarse los chequeos médicos
• Buscar espacios neutrales para desconectarse del rol y reencontrarse.
• Retomar su vida social e interacción.

Cuidado de la salud física y mental

• Llevar una dieta balanceada.
• Cuidar las horas de sueño.
• Continuar con alguna meta pospuesta.
• Iniciar con alguna disciplina artística o deporte.
• Tener una mascota con el paciente.
• Aplicar técnicas de respiración y relajación.
• Si es necesario, buscar ayuda profesional, en casos de depresión o cambios en su estado físico.

Fuente: Hospital Clínica Bíblica